AÑORANZAS BOGOTANAS
Por Héctor José Corredor Cuervo
Ahora que estoy ausente
de mi tierra bogotana
siempre mantengo presente
la altura de la Sabana,
el Salto de Tequendama,
el Cerro de Monserrate,
el Páramo de Cruz Verde,
los lindos trajes de lana,
las flores en la ventana.
Ahora añoro con gana
la changua de la mañana,
los huevos en la cazuela,
los manjares de la abuela,
las comidas en familia,
los dulcecitos de Emilia,
el tamal con chocolate,
la ensalada de aguacate,
el arequipe de Alpina,
la atención de la vecina,
la sopa de la cebolla,
y los paseos de la olla.
Quisiera hoy saborear
un rico ajiaco con pollo,
el entero de repollo,
la carne de la parrilla,
el pan de yuca de hornilla,
un buen plato de puchero,
el chigüiro en asadero,
la tierna mazorca asada,
la papa bien chorreada,
la criolla sopa de trigo,
la lealtad del amigo,
la fritanga de aderezo,
las arepitas con queso,
la almojábana caliente,
el brindis con aguardiente.
Siempre conservo en la mente
la casa del presidente,
las nubes y las estrellas,
la gracia de damas bellas,
las noches de luna llena,
las luces de Nochebuena,
el Parque Noventa y Tres,
los clubes del ajedrez,
la Plaza Santamaría,
los restaurantes de Chía,
los foros de poesía,
las fiestas y su alegría,
el domingo de ciclovía,
los museos con su historia,
la Plaza de la Concordia,
el Barrio La Candelaria,
la imponente Catedral
la antigua Calle Real
En mi recuerdo perdura
el famoso río Fucha,
los gladiadores de lucha,
el Chorrito de Padilla,
los caballitos con silla,
la Fuente de la Rebeca,
los sitios de discoteca,
las rutas del Transmilenio,
el vendedor con ingenio,
el hermoso Planetario,
la iglesia con incensario,
el calor de chimenea,
el Colón con su platea,
las vacas y los becerros,
la belleza de los cerros.
el sabor a mejorana,
la música colombiana.
¡Oh, qué bello es recordar
a esa hermosa capital
de gran cultura ancestral,
en donde aprendí a soñar
en metas por alcanzar
con objetivos reales
sin obstáculos mentales!
AÑORANZAS BOGOTANAS
Por Héctor José Corredor Cuervo
Ahora que estoy ausente
de mi tierra bogotana
siempre mantengo presente
la altura de la Sabana,
el Salto de Tequendama,
el Cerro de Monserrate,
el Páramo de Cruz Verde,
los lindos trajes de lana,
las flores en la ventana.
Ahora añoro con gana
la changua de la mañana,
los huevos en la cazuela,
los manjares de la abuela,
las comidas en familia,
los dulcecitos de Emilia,
el tamal con chocolate,
la ensalada de aguacate,
el arequipe de Alpina,
la atención de la vecina,
la sopa de la cebolla,
y los paseos de la olla.
Quisiera hoy saborear
un rico ajiaco con pollo,
el entero de repollo,
la carne de la parrilla,
el pan de yuca de hornilla,
un buen plato de puchero,
el chigüiro en asadero,
la tierna mazorca asada,
la papa bien chorreada,
la criolla sopa de trigo,
la lealtad del amigo,
la fritanga de aderezo,
las arepitas con queso,
la almojábana caliente,
el brindis con aguardiente.
Siempre conservo en la mente
la casa del presidente,
las nubes y las estrellas,
la gracia de damas bellas,
las noches de luna llena,
las luces de Nochebuena,
el Parque Noventa y Tres,
los clubes del ajedrez,
la Plaza Santamaría,
los restaurantes de Chía,
los foros de poesía,
las fiestas y su alegría,
el domingo de ciclovía,
los museos con su historia,
la Plaza de la Concordia,
el Barrio La Candelaria,
la imponente Catedral
la antigua Calle Real
En mi recuerdo perdura
el famoso río Fucha,
los gladiadores de lucha,
el Chorrito de Padilla,
los caballitos con silla,
la Fuente de la Rebeca,
los sitios de discoteca,
las rutas del Transmilenio,
el vendedor con ingenio,
el hermoso Planetario,
la iglesia con incensario,
el calor de chimenea,
el Colón con su platea,
las vacas y los becerros,
la belleza de los cerros.
el sabor a mejorana,
la música colombiana.
¡Oh, qué bello es recordar
a esa hermosa capital
de gran cultura ancestral,
en donde aprendí a soñar
en metas por alcanzar
con objetivos reales
sin obstáculos mentales!